miércoles, 24 de agosto de 2011

"Carolina se enamora"



Pero no me da tiempo a proseguir porque se acerca a mi... y me besa. ¡Si, me besa! Siento sus labios sobre los míos y permanezco un instante co nla boca quieta sin saber muy bien qué hacer. Pero siento que él hace presión. Y su boca es blanda. Y, que extraño, la va abriendo lentamente... y yo también lo hago. ¡Y lo primero que pienso es que, por suerte, no llevo el corrector dental! Lo llevé hasta el invierno pasado y ahora mis dientecitos están bien alineados. Pero, en caso de que lo hubiese llevado, Lore se habría dado cuenta. Es un chico atento, Si, me gusta mucho porque es atento, es decir, piensa en ti, en si tienes miedo, en si te apetece, si te gusta ir al castillo, en fin, que le interesa lo que opinas.
Pero ¿qué ocurre? Siento algo raro en la boca. Estamos en la oscuridadde la cueva, tan cerca el uno del otro que nisiquiera sé si me está mirando o no, Abro lentamente un ojo, echo un vistazo pero no se ve nada , de manera que vuelvo a cerrarlo. ¡Es su lengua! Socorro... Sin envargo..., no me molesta. Menos mal. Que bonito, Siempre me he imaginado este momento; quizá demasiado, en serio, porque al final los demás cuentan tantas cosas que acabas preocupándote más de lo que harías por ti sola.
Así que por fin me abandono y lo abrazo mientras seguimos besándonos. Y sus labios son suaves y de vez en cuando nuestros dientes chocan, nos hechamos a reír y volvemos a empezar, ligeros, sonrreímos en la penumbra y él me besa mucho y tengo el contorno de la boca mojado. Pero no me molesta... De verdad, no me molesta.
Parece una película. Y siento que me estrecha en sus brazos con fuerza, con más fuerza aún... Y yo lo abrazo. Y él desliza su mano por debajo de mi camiseta, pero por detrás, por la espalda. Y no me molesta. Me siento extrañamente serena, Me gusta estar entre sus brazos..., pero permanece quieto, no se mueve, no sube para desabrochar mi pequeño sujetador. Ahora no, por lo menos. Empieza a acariciarme, eso sí. Y sigue besándome. Después se aparta un poco y me pasa la lengua por los labios. Siento como si me los picotease y justo entonces su mano empieza a ascender por la espalda, lo sabía... Pero no me preocupo. De repente oímos unos pasos apresurados. Nos separamos y miramos hacia la entrada de la cueva.

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