Me encanta jugar a las canicas, siempre gano. El juego de la oca es una idiotez. Aunque menos que las damas, el cubo de rubbik, y todas esas tonterías de los países del este.
Las adivinanzas no son lo mío. Los dados las cartas y la rayuela... están bien.
El corre que te pillo tiene un pase, pero eso es todo.
Pero hay un juego al que jamás hay que jugar. He dicho JA-MÁS.
Aunque os lo proponga vuestro mejor amigo. Me refiero a dejarse sepultar en un bloque de hormigón.
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